¿Qué es un mito?
Se llama mito a un tipo de relato tradicional, tenido por sagrado y de carácter simbólico. Cuenta generalmente acontecimientos extraordinarios y memorables, que involucran a seres mágicos o sobrenaturales, como dioses, demonios, monstruos, etc. Forma parte del imaginario de una mitología y cosmogonía (concepción del universo) de una cultura determinada.
A diferencia de otros relatos, los mitos no son testimonios históricos, y por ende no son comprobables. Sin embargo son considerados verdaderos o válidos, o al menos parcialmente, dentro de la cultura que los relata. Sin embargo, rara vez funcionan fuera de sus respectivos sistemas de creencias: religiosos, míticos, épicos, etc.
Son tomados como verdaderos porque son explicaciones imaginarias para aquellas preguntas que una cultura no puede contestarse. Por otro lado, sirven para transmitir creencias y valores a las generaciones venideras.
Los mitos tienen un origen oral, informal y tradicional, como herencia generalmente de etapas primarias (primigenias) de las culturas.
En dichas etapas era necesaria la fabulación de un relato y un imaginario narrativo para ordenar y explicar el universo.
De esta manera, se otorgaba un origen a las cosas o se explicaban ciertos códigos de conducta. Por esa razón, los mitos pueden variar enormemente a lo largo de las generaciones y existir distintas versiones de un mismo mito.
Los mitos pueden clasificarse de acuerdo a su contenido narrativo, en:
¿Cuál es la función del mito?
Los mitos tienen la función de dar forma narrativa al modo en que las culturas se comprenden a sí mismas, comprenden el universo y definen lo que está bien y lo que no. Esta forma suele ser amena, fácil de recordar, con una lógica de causa y consecuencia.
Su función, en ese sentido es la de transmitir a las nuevas generaciones una enseñanza no explícita. Por eso, no se parece en nada a un consejo o moraleja, sino que transmite algo mucho más profundo: un conjunto de sentidos, de valores, de relatos y de ritos que forman su sistema cultural.
Propiedades del mito
Según el antropólogo y etnólogo francés Claude Levi-Strauss, los mitos poseen las siguientes propiedades fundamentales:
Los mitos, al no contar eventos fácticos ni comprobables, ocurren en una temporalidad diferente al tiempo de la historia, que se conoce como el tiempo mítico. Es una temporalidad imprecisa, generalmente ubicada antes de la existencia misma del tiempo, y que por ende no forma parte de la continuidad de la historia humana, sino que le da origen.
Los mitos responden imaginariamente a preguntas humanas fundamentales y les dan forma, las convierten en un relato y una serie de valores. Por eso, son importantes para las culturas de las que surgen.
Pero además, reflejan y contienen los valores, principios y razonamientos de la cultura donde se originan. Por eso, son importantes para la historia y la antropología, ya que permiten comprender cómo pensaban y sentían sociedades del pasado; o bien cómo lo hacen en la actualidad sociedades muy lejanas culturalmente.